Hoy es un lunes especial, un lunes que ha entrado en la historia: el Rey ha abdicado. Así que pasen veinte años en los libros estará escrita la fecha de este tres de junio, pero sólo los lectores de este blog y yo recordaremos que fue un lunes. Hoy, fecha para la historia, mi blog será corto porque creo que nadie me leerá, es normal y perdono esta pequeña traición, hay asuntos más importantes que mi blog, no muchos es cierto, pero una abdicación no ocurre todos los años.
Majestad, que dirían los monárquicos; Don Juan Carlos, que dirían los agnósticos de la monarquía; ciudadano Juan Carlos, que diría Pablo y sus amigos......Don Juan Carlos ¿No podía haber abdicado usted un martes? que me ha dejado sin palabras y sin tema, porque tal día como hoy no se puede hablar de otra cosa, no se puede tocar otra cuestión, no hay ningún asunto que pueda resultar interesante ¿Cómo voy a disertar sobre los karaokes un lunes de abdicación? sería una estupidez y aunque las estupideces son mi especialidad, por ejemplo escribir un blog, hoy me he quedado hasta sin la capacidad de petardear.
Bueno, si me lo permite le llamaré Don Juan Carlos porque yo soy algo agnóstica de la monarquía, lo confieso, pero nunca le llamaría ciudadano, eso me parece una horterada y además me recuerda a las tricoteuses de Robespierre, ese escuadrón desgreñado asiduo a las sesiones de guillotina, y yo no soy nada partidaria. Pero Pablo es así, le llama a usted ciudadano Juan Carlos, que quede esto entre nosotros, pero con esa coleta y ese discurso la verdad es que me recuerda a los sans-culottes, le ponemos un gorro frigio y tiene toda la pinta. Pero dejemos a Iglesias tranquilo que yo lo que quiero es darle un consejo, porque casi que me he criado con usted, viéndole todos los días en la tele, en el periódico, hasta en nochebuena mientras cenábamos y el roce hace el cariño y tengo confianza...mire, yo que usted me iría a vivir al mar, a Mallorca, que tiene casa y seguro que tiene una pandilla de amigos jubilados también. Pase usted de Zarzuelas, de Madrid, de conspiraciones palaciegas y estrés, me apuesto una cena a que ya le han preparada una agenda, váyase a Mallorca a disfrutar de la jubilación, como hacen todos, unos a Benidorm y otros a Palma.
Nada más, le deseo un tranquilo y feliz retiro, si me lee hágamelo saber, mejor me contesta aquí mismo.