Pues sí, bendita pereza, me encanta la pereza y además ya podemos disfrutar de ella sin mala conciencia, porque el papa Francisco ha declarado que la pereza no es pecado, así es, incluso ha declarado que "...la pereza no he traído más que progreso. Es, no solo inofensiva, sino beneficiosa", no puedo estar más de acuerdo, la pobre pereza ha sido injustamente denostada durante siglos, ella que no se mete con nadie. Así que haré un elogio de la pereza, del sosiego, del tedio, de ese cadencioso nada que hacer...aunque con tanto elogio espero que la pereza y la flojera no os venzan antes de terminar de leer este interesante blog.
Yo entiendo la pereza desde un punto de vista hedonista, sencillamente dejar de hacer algo que no me apetece nada, dicho de otra manera, hacer lo que realmente quiero. Bendita pereza, se adueña de mí, me abraza, me susurra ya harás mañana lo que puedes hacer hoy ¿Qué prisa tienes? y yo siempre cedo a sus deseos, porque si la pereza es la madre de todos los vicios, opino que a la madre hay que obedecerla y respetarla.
La pereza tiene un enemigo declarado: ese odioso invento llamado despertador, ese maléfico aparato que cada mañana nos saca de nuestro dulce sueño y nos recuerda que nos espera una dura jornada llena de obligaciones. Yo tengo un artefacto llamado radio-despertador, puntualmente a las seis y media me informa de las retenciones de tráfico en Madrid, que por cierto, siempre es lo mismo, como el día de la marmota, se podían ahorrar tanta cháchara diciendo "hoy lo mismo que ayer"; por supuesto cuando el chisme odioso comienza a vomitar atascos mi amiga la pereza me susurra "cinco minutos", lo apago de un manotazo....diez minutos más, insiste ella, al final triunfa el pesado de las retenciones y me levanto para no tener que escuchar otra vez lo de la M30 dirección norte.
Al contrario de lo que pudiese parecer otro de los grandes enemigos de la pereza son los fines de semana, convertidos en una carrera de obstáculos con cantidad de cosas que hacer, sitios a los que ir, deportes que practicar, y todo el mundo tiene asumido que el fin de semana es para cansarse; así el lunes cuando llegas al trabajo y te preguntan ¿qué has hecho el finde? tienes una lista interminable de cosas que contar y nadie te considerará un fracasado, un aburrido, un ser sin iniciativa ni inquietudes...con lo bonito y relajante que es contestar "no he hecho nada".
La verdad es que la pereza también tiene grandes aliados como el lavavajillas, ese maravilloso invento, (que no entiendo como no le han dado el Nobel a su inventor, ése sí que ha sido un benefactor de la humanidad), porque nos permite amontonar los platos rápidamente en el cacharro, una vez terminas de comer, para correr al sofá con el mando de la televisión en la mano -otro impagable aliado de la pereza- no sé que sería de nosotros sin mando a distancia para practicar el deporte del zapineo sin levantarte cada cinco minutos a cambiar de canal ¿existió alguna vez vida sin mando a distancia?
El sofá... ¡Ah, el sofá! la pereza y el sofá son una unidad de destino, el sofá es a la pereza como agua para chocolate. Te tumbas en el sofá y va tomando la forma de tu cuerpo, te envuelve, te abraza, te mima...y ya nadie te sacará de allí si nos por fuerza mayor, un incendio, un terremoto, una invasión de los ultracuerpos....cosas así. Tumbada en mi sofá con las piernas en alto me abandono a la pereza, incluso activo la circulación de retorno sin calzarme las zapatillas ni ir al gimnasio, puedo incluso hablar, postear, escribir, leer y estar en el mundo con el Smartphone sin cambiar de posición... sin duda grandes inventos para perezosos.
Tenía un magnifico final, pero me da pereza....hay años que no está una para nada.
La Bruja de Gredos.