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Norma Vega:
Las damas díscolas del PP. ¿Valentía o disidencia controlada?12.01.2022.-

Vivimos unos tiempos en lo que nada es lo que parece, donde los medios de comunicación se han convertido en una continua propaganda del Gobierno, desde los anuncios a los programas de entretenimiento.
 
El juego de la desinformación también se basa en la disidencia controlada. Cuando las audiencias empiezan a bajar por el descarado sectarismo de una cadena, aparecen periodistas simulando que en TV hay libertad para criticar al Gobierno. Algunos de los que se salvaron de la criba por la imposición del pensamiento único, lo han hecho renunciando a su libertad de expresión, dejándose utilizar para disentir hasta el límite que su pagador les marca.
 
¿Por qué no pensar que esta táctica se puede emplear también en política? La vemos a menudo. Recordemos los enfrentamientos entre el PSOE y Unidas Podemos antes de las elecciones, toda una performance para pactar a la mañana siguiente del resultado de las elecciones formando Gobierno. Pedro Sánchez afirmó varias veces en el debate previo a los comicios, donde cada candidato mostraba parte de su programa a los ciudadanos, que no pactaría con Unidas Podemos, nacionalistas, separatistas y bilduetarras. Al hacerlo tras ganar las elecciones engañando a sus votantes, se convirtió en un Gobierno legal pero ilegítimo, como así lo define a menudo Santiago Abascal.
 
Hablemos ahora del PP. ¿Casado representa a la oposición o se ha convertido en el Ministro de la Oposición del PSOE? Cada día que hay Sesión del Congreso discute con Pedro Sánchez a lo Pimpinela, para terminar votando juntos las mismas políticas y pactar en la mayoría de las Comunidades Autónomas. También votan juntos en Europa para bloquear los fondos europeos a los países que defienden su soberanía protegiendo sus fronteras y combatiendo las políticas globalistas. Los pseudoperiodistas mejor pagados por el Régimen ya no se dirigen a la formación del charrán como «derecha», sino como «centro-derecha». Casado sigue un poco molesto porque afirmó que quienes lo conocen saben que no es derecha sino «moderado». Pero si lo llaman así se iba a notar demasiado que existe un conchabeo tras el reparto de cargos de RTV ESPANTOSA, como muy bien lo llamó Roja María Mateo.
 
Vamos con las políticas «díscolas»

Me llamaron la atención las dos últimas entrevistas de Cayetana. En la de Federico Jiménez Losantos dijo que, con las disputas internas del PP, el electorado de VOX se iba a «cronificar». En la otra, en la de Carlos Herrera, declaró que se tenía que valorar a Isabel Díaz Ayuso por haber frenado a VOX. Describía un PP ficticio, creado desde sus valores a través de los que lo que se ve que se tiene así misma en alta estima. Describe un PP a lo Cayetana que nunca ha existido, ni existe, ni existirá. Con una voz engolada, autoescuchándose, se recreaba a la vez que iba leyendo fragmentadas síntesis de su libro a modo de manual de autoayuda para recuperar a los votantes de un partido fallido. «Ampliemos el espacio del centro derecha, reunifiquemos, construyamos». Algo así como lo que Yolanda Tucán pretende hacer con la izquierda, salvando las diferencias. Cayetana teme el crecimiento de VOX pero a la vez lo ningunea, algo que no hizo nunca con Cs al que siempre consideraba un aliado para sacar a España de las garras del comunismo. Sólo nombra a VOX cuando dice que hay dos largos años por delante para recuperar a sus votantes, como si pertenecieran al PP, enfadados pero recuperables con unas cuantas carantoñas.
 
Isabel Díaz Ayuso ha hecho un cóctel en sus discursos y mítines mezclando su base ideológica del PP con el tono valiente de VOX. Ha utilizado algunas de las políticas patrióticas de la formación de Abascal adaptadas a la Comunidad de Madrid, que el PP de Casado ni siquiera lleva en su programa. La batalla cultural, por ejemplo, tan contrapuesta a la de algunas Comunidades Autónomas cada vez más cercanas a la izquierda y a partidos separatistas, caso de Galicia.
Eso sí, cuando Rocío Monasterio presiona a Ayuso para que elimine las políticas de ideología de género impuestas por su antecesora Cristina Cifuentes, que se aplique el pin parental, que se  cierren los centros de MENAS y se devuelvan los menores a sus padres porque ya resultan una amenaza para la convivencia de algunos barrios de Madrid, ella intenta no interferir demasiado en las políticas globalistas. Las maquilla pero no las elimina. Las dudas también surgen cuando con su éxito avala el liderazgo de Fracasado, el totalitarismo y nacionalismo de Feijóo, y el acercamiento de Juanma Moreno a la izquierda pretendiendo convertir Andalucía en ejemplo de pacto PP-PSOE.
 
Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez. ¿Valentía o disidencia controlada hasta el límite que les permita seguir ejerciendo bajo el paraguas de la marca PP? ¿Valentía o ambición? Prefieren ser cola de león que cabeza de ratón. Rompen con las reglas del PP pero no con sus políticas. Es como moverse con la seguridad de los monos: agarran una rama antes de soltar la otra. En este caso, se cuelgan de dos lianas a la vez, se plantan y no dejan avanzar al que viene detrás.
 
Dice Julio Ariza de «El Gato al Agua», que los versos sueltos no existen.
Norma Vega 
@ElsadelCastill3

Brotes:
Lady Ayuso20.02.2022.-

El temor que despierta Isabel Ayuso, entre nacionalistas y socialistas solo es comparable al de sus compañeros del PP.

La derecha española no está sobrada de líderes, y sí, en cambio, plagada de mequetrefes" decía El País cuando dimitió Fraga. Las loas al líder conservador por parte del periódico progre no eran sino la aplicación del refrán "A enemigo que huye, puente de plata". Por supuesto, hizo lo que pudo el panfleto de Cebrián para que en la derecha española prosperasen mequetrefes: cobardes intelectuales, adocenados ideológicos, acomplejados culturales.

 En esto llegó Aznar y mandó parar. Un tiempo. El que tardó en rendirse, mediante expolio de Antena 3 por parte de Prisa, al poder fáctico decisivo desde la Transición. Lo que culminó colocando a Rajoy, un registrador de la propiedad que no poseía una sola idea significativa, más allá de chascarrillos de casino de pueblo, y que acabó su vida política reducido a bolso de Soraya Sáenz de Santamaría, a la que había designado como sucesora con la misma desidia e incompetencia habitual. Finalmente, la candidata del Ibex 35 y amiga de golpistas no pudo llegar a tomar las riendas del PP, pero porque se cruzaron en su camino quienes eran todavía más mequetrefes que ella, Pablo Casado y Teodoro García Egea.

En contraposición, Isabel Díaz Ayuso es una líder que causa pavor entre los pijos de la izquierda caviar, los nacionalistas de ocho apellidos xenófobos y, sobre todo, los petimetres de la derecha meapilas. No es de extrañar esta conjura contra ella dentro de su propio partido por parte de necios, emasculados y traidores.
La felonía es una tradición en la derecha como pudo constatar Manuel Fraga en su discípulo, siervo y secretario general, Jorge Verstrynge. El temor que despierta Díaz Ayuso entre nacionalistas y socialistas sólo es comparable al de sus propios compañeros del PP.
Algo que ya le sucedió a Cayetana Álvarez de Toledo, vilipendiada por la habitual manada de golpistas, terroristas, feministas de género, socialistas de clase y demás ralea que en España pasa por lo políticamente correcto.

El problema de la dupla Pablo-Teodoro es que son dos hombres sin atributos. O, mejor dicho, Casado tiene ideas pero no tiene carácter, mientras que García Egea tiene carácter pero no tiene ideas. Ambos, demediados, envidian en la dupla Isabel-Cayetana esa entereza de la personalidad política.

Con Vox como herederos de la AP de Fraga (gaullista, populista y socialdemócrata) y el PP naufragando en el desideologizado centro centrado, Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la abanderada de una derecha liberal reformista e innovadora. El PP clásico está tan preocupado de ser la linde ideológica del PSOE, no vaya a ser que los tachen de "ultraderecha", que Díaz Ayuso, proponiendo un cambio de paradigma en valores y en políticas, los ha dejado fuera de juego.
Santiago Navajas. @santiagonavajas

Brotes:
Feijóo se reúne por sorpresa con el primer ministro de Marruecos y se desmarca de la "carta clandestina de Sánchez" sobre el Sáhara
31.05.2022.-

El presidente del PP aprovecha un congreso en Países Bajos para trasladar a Rabat que, si gobierna, no asumirá sin consenso los compromisos de Sánchez.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha concertado una reunión por sorpresa con el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, en Rotterdam, según ha confirmado él mismo a su llegada a la ciudad holandesa. En un encuentro bilateral altamente inusual al margen del Congreso del Partido Popular Europeo, Feijóo ha asegurado que su intención es que Rabat conozca lo que va a ser su posición si llega al Gobierno y es la de abordar la cuestión del Sáhara dentro de las resoluciones de la ONU y con el consenso que no ha buscado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El gallego no asume la carta de Moncloa anunciada por Mohamed VI.

El gallego se desmarca así de la misiva: "El problema del Sáhara no se puede solucionar con una carta clandestina. El problema del Sáhara le tenemos que poner luz, taquígrafos, transparencia y acuerdos internacionales. Eso es justamente lo contrario de lo que ha hecho el Gobierno. La clandestinidad para resolver un problema internacional lo único que provoca es más problemas, más tensiones, más incertidumbre y menos responsabilidad hacia el pueblo saharaui, hacia Marruecos y hacia las Naciones Unidas".

A cambio de no entregar el Sáhara como Sánchez, asume un compromiso y es no ocultar a Marruecos actuaciones con el Frente Polisario. "Lo primero que tenemos es volver otra vez a la seriedad en la política exterior. La política exterior no es una ocurrencia. La política exterior no es una necesidad por un incumplimiento, como es el no avisar a Marruecos de una acción con el líder del Frente Polisario que entra en España de forma ilegal, auspiciado por el Gobierno de la Nación. Un gobierno no puede introducir a un ciudadano de forma ilegal en su territorio" ha reprochado.

El hecho de que el jefe de la oposición no asuma los compromisos que dio por hechos Mohamed VI tras recibir la carta de Sánchez puede tener consecuencias futuras tanto en las relaciones con Marruecos como con Argelia en plena crisis energética.

Esta reunión supone el estreno internacional del líder del PP que ha llenado su agenda en Rotterdam con otros primeros ministros de su fuerza política y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

"LUZ Y TAQUÍGRAFOS"

Feijóo ha descrito así la que sería su política con Marruecos si es presidente del Gobierno: "Lo que le puedo asegurar al primero ministro marroquí, primero, que no lo voy a engañar como tampoco voy a engañar a mi país. Segundo, que todo lo que haga lo voy a intentar consensuar para que tenga una vocación de permanencia en las relaciones entre Marruecos y España, España y Marruecos, que no son las relaciones de un gobierno que está durante una época, sino que son las relaciones de dos Estados. Y tercero, decirle muy claramente que en el ámbito de las resoluciones de la ONU podemos pactar muchas cosas". En cambio, "fuera de las resoluciones de la ONU los pactos no van a producir efectos internacionales".

"Estoy convencido de que el primer ministro marroquí me va a entender, porque lo importante entre dos países es que no haya engaños, que no haya deslealtades y que no haya cartas clandestinas. Esto lo vamos a hacer con claridad y con luz y taquígrafos. Y en el Congreso de los Diputados", ha asegurado el jefe de la oposición.

Fuentes del PP han asegurado al término del encuentro que el primer ministro marroquí ha cursado una invitación a Feijóo para que visite Marruecos. "El presidente ha aceptado y tratará de incluir esta visita en su agenda a lo largo de este año", afirman en su entorno.
Carlos Segovia.

Brotes:
Ayuso, sobre el CGPJ: "Lo que quiere Sánchez es tener al PP en la cárcel"02.11.2022.-

La presidenta madrileña señaló que lo importante no es lo que hable ella con el líder de la oposición, sino saber "qué pretende" Sánchez.

Desde que la pasada semana trascendiera que Isabel Díaz Ayuso había trasladado a Alberto Núñez Feijóo su disconformidad con las conversaciones que estaba manteniendo con el Gobierno de Pedro Sánchez para renovar el CGPJ, la izquierda centró sus ataques en la presidenta madrileña. Pero la jefa del Ejecutivo regional no fue la única dirigente popular en hacerlo. También se lo comunicaron así otros barones del partido, como el presidente andaluz Juanma Moreno.

Ya este miércoles, desde La Sexta quisieron preguntarle por esta cuestión. Para Ayuso "lo que hablemos el líder de la oposición y yo, sinceramente, es lo de menos, después del hecho gravísimo que se está sucediendo en este país. Lo importante es saber qué pretende Sánchez y qué no pretende Sánchez no renovando esto; qué habla y qué deja de hablar con golpistas; qué hacen para intentar amarrar la Justicia y que, ahora mismo, quienes están condenados por graves delitos se vayan a su casa sin cumplir penas ni siquiera pisar las cárceles".

La presidenta madrileña afirmó que "Sánchez nunca ha querido pactar absolutamente nada con el Partido Popular. Es más, lo que quiere el proyecto de Sánchez es tener al Partido Popular en la cárcel, a las instituciones presas, a los delincuentes en la calle y ellos blindados en el poder a cualquier costa. Esto es lo que está pasando en España".

Díaz Ayuso subrayó que "lo importante es quién está hablando el qué por detrás y qué pretende el proyecto de Sánchez. Y creo que el proyecto más autoritario que hemos tenido en democracia, que es el proyecto del señor Sánchez, no permite que haya oposición, no quiere que haya jueces ni fiscales haciendo su trabajo, ni quiere tampoco una opinión libre".
O. Moya

Brotes:
Ridículo a las puertas del Congreso02.12.2022.-

Lo ocurrido este jueves a las puertas del Congreso ha sido uno de los momentos más sorprendentes que hemos vivido en los últimos años y, por desgracia, también ha resultado de los más estúpidos que nos ha tocado sufrir, una marca que en la política española actual no es nada fácil de alcanzar.

En primer lugar, resulta francamente estupefaciente que un grupo parlamentario de 89 diputados se manifieste fuera del Congreso en lugar de hacerlo en el hemiciclo. Obviamente no vamos a pedir que el PP monte una concentración en el interior de la sede de la Soberanía Nacional, pero el Parlamento está precisamente para parlamentar y no para manifestarse fuera.

Tiene cierta lógica que a las puertas de las Cortes se concentren y protesten los que no pueden acceder a su interior, pero aquellos que han sido elegidos para representar a los españoles tienen que hablar desde sus escaños, y hay muchas fórmulas para expresarse dentro del hemiciclo que serían mucho más eficaces, inteligentes y, sobre todo, acordes con la dignidad de los señores diputados.

Pero si sorprendente es que un partido convoque una concentración a la puerta del Congreso, aún lo es más que su líder decida no ir y no ofrezca otra explicación que decir que "hay vida inteligente" en el grupo parlamentario.

 Más allá de que es un perfecto ejemplo de excusatio non petita, ¿qué tiene que ver que haya o no vida inteligente o autonomía para tomar decisiones con que Feijóo acuda a una protesta que ha convocado su propio partido? ¿Acaso el expresidente de Galicia no estaba de acuerdo con el modo de actuar de sus subordinados? Si no es así, ¿tenía cosas mejores que hacer un jueves a media mañana? ¿O quizá esa ausencia quiere indicar –sin duda es la sensación que se ha transmitido a los votantes– que esa vida inteligente en realidad no es tan inteligente?

Y si todo esto ya resultaba un espectáculo surrealista digno de André Breton, el culmen ha llegado cuando, en lugar de agradecer que miembros de Vox se uniesen a la protesta, algunos diputados populares se han enfadado con ellos y les han acusado de intentar "ganar protagonismo", con lo que han convertido la de este jueves en la primera protesta de la historia pensada para lograr el mínimo apoyo posible en lugar del máximo. Sencillamente ridículo.

Con todo, al fin y al cabo estaríamos ante una serie de anécdotas más o menos divertidas de no resultar tan reveladoras de lo que de verdad pasa por la cabezas pensantes –es un decir– del PP, que está claro que no entienden que, tal y como ha explicado esta misma semana Díaz Ayuso, estamos ante un momento de emergencia nacional en el que corren serio peligro la democracia y la nación misma.

Un momento en el que los populares no van a tener otro apoyo que el de Vox y Vox no podrá contar con nadie que no sea el PP. Ya es hora de que Feijóo y los suyos se den cuenta de que, por mucho que haya diferencias programáticas, de estrategia o de estilo, por mucho que pueda parecer que interesa electoralmente marcar unas distancias que no son tales, la única manera de que ambos partidos, la democracia y la monarquía parlamentaria y las libertades sobrevivan es que los dos partidos de verdad leales a la Nación y la Constitución se entiendan y logren remar en la misma dirección y sin escatimar fuerzas.
Editorial LD.

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