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SITUACIÓN EN VENEZUELA

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Nelson Chitty:
De la diáspora y otros amores1.1.2022.-

“La distancia es como el tiempo, apaga el fuego pequeño, pero enciende el fuego grande.” Doménico Modugno.

Varios de mis hijos, sobrinos, cuñada, amigos más dilectos, estamos separados por el espacio que se hizo con la marcha obligada hacia los confines mas variados. Uno de mis hermanos murió por allá en Chile, y no pude acompañarle en su malestar ni despedirlo para el viaje final. La diáspora frecuentemente nos hiere sin proponérselo.

Argentina, España, Norteamérica, Bolivia, Chile como ya dije, son hoy sus escenarios de vida y, también de lejanía. Me descubro a menudo pensándolos, y confieso que soy pasto de distintas emociones, que tienen en común la ausencia que turba y la resignación que se me propone y que no acepto. Hay cosas que nos muestran cuanta impotentes podemos ser ante el destino.

Con motivo de la navidad resurgen esas sombras que advertimos a nuestro alrededor. Nunca se fueron en realidad, asidos como estamos por los hilos del amor y del recuerdo, pero, nos falta ese contacto físico, el abrazo y el beso, el apretón de manos, la palmada, la mirada profunda que busca el alma, al fondo de los ojos.

Por fortuna hube de viajar a costa de muchos sacrificios para compartir con una de mis hijas que vive en Madrid con su compañero. Son médicos y hacen posgrado por estos lares, son jóvenes venezolanos brillantes que se fueron para rápidamente insertarse y progresar, pero, hay nostalgia y dolor de desarraigo. Hacen la hallaca, el pan de jamón, el pernil incluso, pero, ni el turrón los endulza completamente.

Siguen los otros afectos lejos; pero palpitando dentro de mí. Quisiera verlos, me pongo viejo y no han todavía traído a los nietos, andan primeramente sembrándose para contar con la seguridad necesaria para acometer la empresa familiar, pero, no sé si desee yo más conocer a los que vienen que conformarme con mis vástagos.

Como dice el poeta Cadenas, Venezuela hoy queda en todas partes y constituye una dispersión numerosa que es vista a menudo con recelo por los obligados anfitriones; especialmente en Latinoamérica, aun y cuando siempre fuimos abiertos, hospitalarios y tolerantes con los venidos en el paso de los tiempos, pero, se confunden en el desprecio no tanto por xenofobia sino por aporofobia y así acontece en Colombia, Perú, Ecuador, Chile.

La estampida coterránea suma ya seis millones y no ha concluido. Se fueron buena parte de nuestros talentos profesionales y legiones de técnicos, obreros especializados y por supuesto en la ola, surfearon los antisociales y los mas pobres. Estos últimos de los criollos peregrinos, son los que han originado reacciones adversas por doquier, aunque en claro contraste se ha notado y comentado en esos países, la calidad y bonhomía de médicos, odontólogos, ingenieros de distintas orientaciones y que han lucido iguales o mejores que los del patio.

Hoy termina el año y empieza el otro. Se va cumpliendo el ciclo al que se refiere Hannah Arendt; nacemos, encaramos nuestro tiempo, marcamos una pauta, actuamos en nuestro espacio público, somos libres haciéndolo y perdemos o nos desfiguramos en el ejercicio existencial. Vendrá como vino antes otra generación a tomar el testigo del relevo que constituye el plan de la humanidad. La libertad trae aparejada la responsabilidad sin embargo y eso no puede ni debe ser olvidado.

Somos responsables históricamente; recibimos y legamos y no siempre hubo la opción de hacerlo, a beneficio de inventario. En nuestro caso; a los venezolanos, de dentro y de fuera, a los jóvenes mas que a los viejos, pero a todos en definitiva, en mayor o menor medida, fraguar una liberación y vencer al demonio que nos posee, privándonos de lo más preciado, nuestra dignidad como personas humanas es lo que queda pendiente.

Para los cristianos, la resurrección es la vida a pesar de la muerte. Para los compatriotas que somos, se trata de exorcizar al cuerpo político, al cuerpo civil, para que vuelva a ser como otrora, soberano y estimable, libre y orgulloso por su linaje y nacionalidad. Ese objetivo, debe ser nuestra razón para vivir y volver y recomenzar y cambiar el mundo.

¡Feliz 2022 venezolanos de todo el mundo! Quiera Dios que llevemos a cabo nuestra épica y como diría ese poeta que no por no estar presente, está ausente de mi corazón, Elías López La Torre, justifiquemos nuestro paso por los tiempos de la tierra y reclamemos el gentilicio de los hombres libres que nos ofreció Simón Bolívar.

@nchittylaroche

Brotes:
Nicolás Maduro: "Es lamentable que el Rey de España avale el genocidio en pleno siglo XXI"02.02.2022.-

"Resistieron (los indígenas) la invasión española, el colonialismo español. Vinieron a llevarse nuestras riquezas, a violar a las mujeres, a matar a sangre y fuego en toda América"

Nicolás Maduro ha arremetido contra el Rey Felipe VI sólo días después de poner en marcha una comisión de historiadores con la misión de esclarecer los "crímenes" de la conquista española para exigir una indemnización económica. "Es lamentable que el Rey de España en pleno siglo XXI avale el genocidio, los crímenes, las violaciones y los asesinatos de millones de hombres y mujeres", acusó el líder revolucionario, aprovechando la inauguración de un liceo nacional, que lleva el nombre del cacique indígena Guaicaipuro.

"Resistieron (los indígenas) la invasión española, el colonialismo español. Vinieron a llevarse nuestras riquezas, a violar a las mujeres, a matar a sangre y fuego en toda América", insistió el "hijo de Chávez" ante los niños de un aula del colegio, situado en Ciudad Caribia, cerca del aeropuerto.

El monarca visitó la semana pasada Puerto Rico en su última gira latinoamericana y con motivo del 500 aniversario de la fundación de su capital, San Juan. En tierras caribeñas, Felipe VI defendió la presencia española en el continente durante la conquista. "España trajo consigo su lengua, su cultura y su credo. Y con todo ello aportó valores y principios como las bases del Derecho Internacional o la concepción de los derechos humanos universales", subrayó.

Maduro ya había dirigido una carta al Rey el año pasado para sumarse "a las voces que en América se levantan para exigir que rectifique, reflexione y pida perdón contra los pueblos originarios. Desde la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) debe establecerse una comisión por la verdad histórica". El dirigente bolivariano pretende entregar los resultados de la supuesta investigación de los historiadores afines al oficialismo a la CELAC, la organización creada por Hugo Chávez para reemplazar, sin éxito, a la Organización de Estados Americanos (OEA).

Maduro se ha sumado así a la ofensiva populista encabezada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien apostó por el revisionismo histórico tras acceder al poder.

"En Venezuela, esta comisión sobre los colonialismos busca decirnos que fueron un fenómeno atroz, sobre cuyas felonías debe actuar la justicia de la actualidad. Ahora debemos sentar en el banquillo a Fernando El Católico y a Felipe II, y a los soldados y a los frailes que mandaron a América. Y a los monarcas de Portugal e Inglaterra, por añadidura. Unos procesos atrabiliarios, un irrespeto de los valores que dominaron cada tiempo histórico y una ignorancia supina en torno al juego de los poderes en cada época del pasado", señaló para EL MUNDO el historiador Elías Pino Iturreta, uno de los más leídos del país.
Daniel Lozano.


Nelson Chitty:
Caminos de liberación15.05.2022.-

“Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por la mentira”. Gandhi.

A veces nos falta modestia y humildad y nos percatamos cuando confrontamos la realidad. Escribí la semana pasada sobre una hoja de ruta para recuperar la soberanía hoy comprometida y me atreveré a ofrecer algunas consideraciones, aunque no pretenderé, cual magister dixit, pontificar, pero, encararé desde mi perspectiva la incertidumbre.

Comienzo admitiendo que no se ve nada distinto a lo que hoy tenemos al otear el horizonte en nuestra Venezuela con paisajes distópicos. Se percibe al oficialismo con el control de la sociedad política y sin otro contrapeso que la fuerza de la evidencia del fracaso que, por cierto, algunos irresponsables se atreven a discutir. Decir que Venezuela se arregló o que las cosas han mejorado, es una penosa conclusión que no resiste la seriedad de un análisis científico.

Por solo citar un dato, de muchísimos disponibles, el salario mínimo en nuestro país alcanza los 29 dólares mensuales, siendo, de lejos, el más bajo de la región. Para hacer una sencilla comparación, advirtamos que el de Haití es de 69 y el de Ecuador 426, según números publicados recientemente.

Si eso vale el trabajo de los coterráneos, también estamos por debajo del umbral de 1 dólar diario tenido como referente en los países africanos para reconocer el límite de la supervivencia o pobreza extrema. Somos más pobres que todos por aquí y competimos por ese triste registro con el resto del cosmos. ¡Que nadie venga a decir que estamos mejorando porque, innegablemente, seguimos en el fondo!

Empero, ciertamente hay una minoría que se exhibe opulenta y hasta frívola, consumiendo mejor que la inmensa mayoría que deambula vulnerable, frágil, precaria, entre carencias materiales y falencias de todos los servicios públicos. Lo peor es sin embargo que, sin un cambio verdadero y no de nombres ni de oligarquías, el asunto no podrá ser diferente.

No solo somos un pueblo depauperado sino, además, víctimas de desigualdades irritantes, ominosas, insolentes. De ser un país que por décadas construyó, con ayuda del petróleo y del rentismo, un sistema de movilidad social que nos distinguió ante el mundo todo, actualmente constituimos, por el contrario, una sociedad descompuesta, plagada de obscenas diferencias y a la vista de cada cual.

Eso que describo brevemente y muy por encima es lo que hay materialmente hoy y fue irrefragablemente lo que trajo consigo esa dinámica de la revolución bonita, en apenas algo más que dos décadas, y la pérdida del arraigo que lanzó a muchos a la aventura migratoria y a otros los ha secado, desespiritualizado, desciudadanizados o deshumanizados.

Paralelamente, la experiencia del chavomadurismo, ideologismo, populismo, militarismo, despotismo, despojó de sus fortalezas a la conquista republicana y democrática, corrompió las instituciones, malogró el esquema federal que progresó bastante en la estación de vivencia democrática y abatió la educación en todos los niveles. Se terminó el mérito y el saber cómo parámetros de guía y, nos hundimos en la mediocridad arbitraria.

Finalmente, este cataclismo histórico nos privó del liderazgo social y político y contaminó las organizaciones partidistas y aquellas que representaban a la sociedad civil las enervó, pasmó, abortó.

La experiencia chavomadurista, cual tumor canceroso, ha hecho metástasis en el cuerpo vivo de la nación que además está dividida, desesperanzada, agotada, íngrima y sola y acoto, desprestigiada en todos los órdenes endógenos y exógenos.

Este largo diagnóstico es menester hacerlo para comprender la naturaleza de la crisis y conjeturar sobre su superación congruentemente. Pensar que tenemos otra cosa o que podemos superar este bache sin entenderlo es errar entre torpezas y estupideces, además.

Estamos desiertos para esta gesta de crucial trascendencia histórica; me refiero a nosotros, usted y yo, lectores a los que ni siquiera se percatan del entorno que nos rodea, a los que se fueron y a los que se preparan para irse inclusive. A otro grupo, tal vez mayoritario que se dedica a lo suyo porque no cree en que haya un nosotros.

¿Qué hacer? Creo que debemos asumir varios retos que sean al mismo tiempo compromisos. Haciendo lo mismo que hasta ahora hemos hecho no veo factible superar al astuto Maduro. ¿Convenimos en eso o no?

Disponernos a reorientar la acción es una primera y a mi juicio, capital decisión; aunque admito que muchos se resisten porque no saben, no quieren o no pueden hacerlo de otra forma, pero, es menester que así sea.

Administremos los tiempos de otra manera que nos exija, y dificulte al adversario, personalizar demasiado temprano su contendor. Unas primarias antes de 2024 me lucen inconvenientes por razones que expondré luego.

Sugiero enero de 2024 y para ello creo que hay que escoger entre, de un lado, Súmate y la UCAB tal vez o contratar los equipos del CNE bajo la dirección de la plataforma nacional unificadora y democrática PNUD que en otro párrafo presentaré.
¿Por qué no ahora o el año próximo? Responderé con la asistencia de los estudios de opinión publicitados y con la percepción que se expresa en cada conversación que nos permitimos los conciudadanos frecuentemente.

No hay un liderazgo de nadie ni de algunos siquiera que no tenga un rechazo que triplique o cuadruplique a los que los aprueban o respaldan para ser candidatos a presidir el país y, sobre todo, a ganarle al continuismo que por ahora corre solo, falseando cómodo la verdad de su fracaso y manipulando a placer, sin oposición o muy poca.

Forzar por unas primarias anticipadas, una selección de un compatriota no legitimado ni apreciado como genuina opción, es hacer las cosas sin entender lo que está pasando. Es hacer lo de siempre, sin considerar lo que hoy es distinto. Hay que postular no un nombre sino una política, una propuesta, un programa común de cambio y sustitución.

La siguiente fase, en mi modesto criterio, consiste en seleccionar y constituir una plataforma política y electoral integrada por las mejores voluntades disponibles para favorecer la ciudadanización, sin la cual no hay sino una posible derrota en ciernes. La huelga electoral sigue vigente y así lo prueban las encuestas. Este es un elemento estratégico a meditar.

Se encargaría también en una dinámica de consulta y elaboración de un programa salido de la ciudadanía consultando y aprendiendo desde ella y estructurado como un plan o programa nacional de desarrollo y reconstrucción, a aplicarse apenas se recupere la soberanía y se inicie un gobierno auténticamente legítimo y constitucional.

Estaría integrado por quienes no aspirarían sino a contribuir en la tarea arriba descrita, vale decir no serían candidatos a la elección de 2024 y dedicarían su fuelle a recorrer, sintonizar, sincronizar el país a través de contactos con todas las formas de organización social y política, lo que incluye a los partidos que deberán dedicarse por cierto y básicamente, a la noble y estratégica obra de armar desde ya un equipo ciudadano de control electoral que cuide cada voto de los venezolanos.

Los partidos políticos actualmente están en el subsuelo, en el averno del desprestigio y la incredibilidad. Esta parte de la proposición que hacemos acompaña al proceso de ciudadanización que insisto es medular, esencial, fundamental para apoyar este deseo redentor.

Los partidos deben entonces emprender su propia regeneración, y para ello tendrían que servir a la gente, acompañar a quienes necesitan su experiencia, participar en la protesta y la acción reivindicatoria como razón de ser, como instrumento que rinde un servicio a los ciudadanos y no como se les ve por lo pronto, inútiles y deshonestos. Estos dos años y meses serían para convalecer y sanar, con miras a jugar un papel estelar en el cambió ontológico que hemos de acometer en procura de reencontrarnos con Venezuela.

El que aspire entonces a ser candidato y presidente debe ganárselo, calificarse, salir de sus cuarteles a librar batalla, asistir a cada municipio para oír y ser oído, legitimarse y en la centrífuga de esa campaña para llegar a ser, separar de sí lo que lo lastre, lo desfavorezca, lo ensucie y claro, persuadir a las mayorías con su discurso y su conducta.

El que prevalezca en esas primarias abiertas, con doble vuelta para consensualizar y suscribir un programa a llevar a cabo y no un ejercicio de fervores y caprichos personales o de alguna de las oligarquías que pretenda auspiciarlo, con el apoyo y la vigilancia de un movimiento ciudadano por y para la reconstrucción de nuestra patria que él sin embargo liderará.

Sigue...

Nelson Chitty:
Sigue...

La Constitución sería objeto de una profunda reforma en la relación de poder y competencia para reequilibrar las cosas y evitar que el caudillismo regrese en fuerza para inocular de sus perniciosas influencias a la institucionalidad y evitar el cíclico perjuicio a los conciudadanos y a sus derechos, a menudo desconocidos y violentados.

Un federalismo veraz y verosímil hay que definir y constitucionalizar, además de un giro que apunte al manejo de la economía para que el Estado atienda lo que es de su naturaleza y no se hipertrofie grosero como ha pasado.

Un fisco responsable y un elenco de reglas macroeconómicas y de la hacienda pública que encarrile para siempre las finanzas, conforme a criterios sobrios pero estrictos en la medida de lo posible, es el medio para realmente orientarnos hacia una gestión de desarrollo ecológico y de ponderación sostenible.

La sociedad económica debe desregularizarse y promover la iniciativa privada; garantizar el derecho de propiedad, limitar las exorbitancias con las que la potencia pública suele comportarse, pero, si bien desde una economía social de mercado perseguiríamos la justicia, la equidad, la subsidiariedad, deberemos revertir y derrotar la pobreza que nos avergüenza. Ese es el propósito estratégico pendiente para llegar a la dignificación de la persona humana hoy desfigurada. Esa es la prioridad.

Un cambio verdadero, una auténtica revolución ciudadana, tiene como punto de partida la educación. Un segmento del plan o programa nacional de desarrollo y reconstrucción que nos saque del atraso, el aburrimiento, la decepción y la melancolía que turba a nuestros muchachos, se inscribirá en la actualización tecnológica y la sociedad digital. Desde la base entonces, pagándole bien a los maestros y redimensionando la universidad para que produzca con calidad y competencia. El otro aspecto a trabajar desde abajo sería la ciudadanización en la humanización que tanta falta nos está haciendo, en este tiempo horrido, de resentimiento y de despersonalización.

Puedo seguir con lo que algunos con “conmiseración” llamarán mi fantasía, mi utopía, pero, ojalá sirviera para iniciar una travesía que nos traslade a otro espacio y no, como temo, al mismo escenario en el que hoy vegetamos.

Cambiamos, innovamos o perecemos diría en uno de sus textos el periodista e intelectual Andrés Oppenheimer y le creo.
@nchittylaroche

Nelson Chitty:
Por una Navidad… sin presos políticos.24.11.2022.-

“La soledad es muy hermosa… cuando se tiene alguien a quien decírselo”
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

La existencia de un hombre llamado, Ieschoua (Jesús), contracción de Yehoshoua’ (Josué), no puede ser negada, como quiera que se afirma incluso por aquellos que lo contrariaban a él y a su doctrina. Un estudioso del asunto recoge un comentario que trataré de traducir desde el francés así: “su crucifixión en Jerusalén por orden de Poncio Pilato, prefecto de Judea desde el año 26 al 36 son hechos probados. Independientemente de los cuatro evangelios canónicos, su existencia está atestiguada por varios autores ajenos al cristianismo: Tácito, exgobernador de la provincia de Asia, Plinio el Joven, procónsul de Bitinia a principios del siglo II, Suetone, jefe de la oficina de correspondencia del emperador Adriano un poco más tarde… Un texto capital es el de un escritor judío romanizado del siglo I, Flavio Josefo, que había conocido las primeras comunidades judeocristianas en Jerusalén: habla de un «sabio» llamado Jesús que hizo muchos seguidores. “Pilato lo condenó a ser crucificado y a morir. Pero los que se habían convertido en sus discípulos decían que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo: por lo tanto, era quizás el Mesías de quien los profetas han hablado maravillas. El Tratado del Sanedrín del Talmud de Babilonia menciona por su parte a Yeshû ha-notsri (Jesús el Nazareno) ejecutado “en vísperas de Pesaj” por haber “seducido y engañado a Israel”. Incluso el filósofo platónico Celso (siglo II), un polemista violento que odiaba a Cristo, de ninguna manera discutió su existencia histórica. El cristianismo, la religión de la Encarnación, se basa pues en la existencia de un hombre real, y no de una criatura mítica, cumpliendo ficticiamente las profecías del Antiguo Testamento, como han pretendido algunos pensadores marginales desde el siglo XIX (o como Michel Onfray todavía lo hace hoy), sin un estudio serio de las fuentes. (Jean-Christian Petitfils, historiador y escritor, autor de Jésus (Fayard/Livre du Poche) y del Dictionnaire amoureux de Jésus (Plon/Tempus).

Vivió pues un hombre en el siglo 1° de nuestra era, registrado de diversas maneras y acota Petitfils de seguidas y referido a la convicción de que fue Jesús, de carne y hueso y, por cierto, un extraordinario líder, de una fe sorprendente. “Además de los apóstoles, más de quinientos hermanos, dice San Pablo, fueron testigos de la Resurrección de Jesús. ¿Cómo imaginar que unos pobres pescadores del lago de Tiberíades, asustados por la muerte de su patrón, soltaran de repente sus redes, abandonaran a sus mujeres e hijos para recorrer el mundo por un personaje ficticio concebido por unos pocos individuos en la trastienda de una taberna de Judea? Aprehendidos por el deslumbramiento pascual, ardiendo de convicción, lo soportaron todo, burlas, insultos, prisión, tortura, incluso la muerte, sin renegar nunca de sí mismos. ¿Morimos como mártires por un holograma? (Jean-Christian Petitfils, historiador y escritor, autor de Jésus (Fayard/Livre du Poche) y del Dictionnaire amoureux de Jésus» (Plon/Tempus).

Empero, no se trata sino de brevemente ubicarnos con relación a una de las más seguidas tradiciones de nuestra cultura criolla. Me refiero al más importante festejo que como sociedad se permite la Venezuela mayoritaria y que reúne a católicos y cristianos y en alguna medida, también, a los que no lo son, en una celebración familiar y fraterna importantísima y cuasi universal.

Es una fiesta de alegría, empatía y simpatía, llevada a su mejor expresión y, consiste en honrar y rendir homenaje al nacimiento del niño Dios, Jesús de Nazareth, incorporando a los niños y a los más próximos, a un ágape que, no por modesto, deja de ser de especial significación.

El espíritu familiar y el sentimiento mas fraternal se enseñorea en ese día. Un abrazo, un beso, un presente lo caracterizan. Puede decirse que aquella famosísima pieza musical titulada Noche de paz, noche de amor (Stille Nacht, heilige Nacht) y que es un conocido villancico austriaco compuesto originalmente en alemán por el maestro de escuela y organista austriaco Franz Xaver Gruber. La letra fue realizada por el sacerdote austriaco Joseph Mohr encaja perfectamente el día de Navidad.

No obstante, es menester situarnos en nuestro contexto más bizarro. El régimen de Maduro, Diosdado, Padrino y los hermanos Rodríguez, quienes se ufanan de detentar el poder y la legitimidad, aunque más bien exhiban ilegitimidad de origen y de desempeño en cualquier examen que se les haga de alguna seriedad; anuncian que comienza el período de Navidad, pero, nada dicen del contingente de presos políticos que obra en las mazmorras del edificio represivo, la mayoría de los cuales no muestran otra imputación distinta en realidad a disentir y exhibir su ciudadanía en términos críticos, pero sin cometer delito alguno.

Centenas de civiles y de militares, compatriotas todos, hijos, padres, hermanos, amigos, esposos, sangre y corazón de la patria ultrajada, yacen trémolos varios, expuestos a todo, desatendidos, hambrientos, vulnerables, precarios, entre guarismos de morbilidad y mortalidad groseros, sin olvidar las torturas, tratos crueles, violaciones, ultrajes, humillaciones y demás ofensas.

Es triste ver que la otrora fuerza armada nacional dejó de ser del país para ser ahora del interés político y crematístico del régimen. Oficiales exilados, anulados, algunos fueron presos, torturados, asesinados y la corporación que constituyen los uniformados dejan hacer y dejan pasar. Es vergonzoso.

Viene la Navidad y pedimos a Dios por nuestros familiares, afectos, amigos, por nuestro prójimo e incluimos a aquellos que nos ven como enemigos, ni siquiera como adversarios; para que obre en ellos el milagro y los alcancen del sentimiento de humanidad más sencillo y elemental, para que esos compatriotas privados de libertad la recuperen y vayan con sus familias y su entorno a la comunión de la Navidad.

Son varios centenares de venezolanos, injustamente desconocidos sus derechos ciudadanos que maculan al oficialismo ante el mundo que, sabe bien que se trata de un crimen practicado sin pudor, ni el más remoto atisbo de respeto a la dignidad humana y menos aún, a la cualidad de ciudadanos.

De nada han servido los informes de la Misión de Derechos Humanos de la ONU, la cual, en tres informes consecutivos, ha ratificado la grosera y ominosa comisión de transgresiones de todo género y en particular, crímenes de lesa humanidad. Se ha tratado a cualquier costo, la desciudadanización y no los ha detenido nada. Criminalizarlos es la orden.

Me pregunto si vale la pena ir a México en estos días decembrinos, mientras los coterráneos señalados por el mal de la satrapía sufren y menguan en los distintos antros que, con detalle, describe el informe de la ONU.

Me detengo y evoco mis navidades de niño y “si la virgen fuera andina y san José de los llanos, el niño Jesús sería un niño venezolano…”
Nelson Chitty La Roche. @nchittylaroche

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