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CHILE EN LA ENCRUCIJADA

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Brotes:
Entendiendo la soberanía y el verdadero peso de Chile25.09.18.-

Ya es hora de considerar la soberanía en serio y verla también como un favor y ejemplo moral dentro de un subcontinente lleno de populistas

En la teoría de las escuelas de relaciones internacionales hay al menos tres escuelas de pensamiento. Las dos grandes escuelas fundadoras son la Realista y la Liberal. La primera cree que al igual que las personas los estados son malos y egoístas por naturaleza además de asimétricos entre sí, mientras que la escuela liberal plantea que los estados son buenos, cooperativos e iguales entre sí.

La evidencia histórica pareciera dar razón a ambas pues vemos que la constante de las relaciones internacionales es tanto la guerra como el comercio. Esto nos lleva a modernizar la teoría y generar las versiones modernas de estas escuelas. Entonces tenemos la escuela Neorrealista y la Neoliberal.

(Esta última tiende a sonar familiar porque se le confunde con conceptos económicos)

El neorrealismo nos plantea que pese al egoísmo y maldad inherente tanto al ser humano como a los países, estos prefieren cooperar para maximizar su bienestar, lo que no significa que se equiparan las fuerzas nacionales, por ello hay países fuertes y débiles en términos militares y comerciales y ello pesa en la diplomacia.

El neoliberalismo en cambio, propone la interdependencia como motor de la paz mundial y no la suscripción a hegemonías militares o económicas. La idea es que haya múltiples polos de poder por lo cual sea innecesario proceder a una carrera armamentista o volcarse incansablemente al desarrollo comercial ya que se premia la interdependencia.

La realidad nos muestra que no todo lo que suena bien, funciona bien. La historia nos confirma que las grandes guerras no necesitan demasiadas motivaciones válidas para iniciarse y que cuando ciertos países buscan un conflicto, encontrarán todas las razones que necesitan o las crearán.

En todo este contexto de razonamiento nace la escuela constructivista que mezcla teorías de ambos extremos, tanto liberal como realista. Chile se suscribe a esta escuela dentro de lo que llamamos Constructivismo neoliberal y tal vez sea la  única vez en que corresponda llamar a Chile como tal.

Esto significa que si bien Chile cuenta con un ejército que debe estar preparado para el conflicto (Chile ya ha tenido dos guerras contra sus vecinos Perú y Bolivia ganando en ambas ocasiones) la idea es más bien cooperar adscribiéndose a todos los tratados y organizaciones internacionales posibles para no solo darle visibilidad al país, sino para disminuir el riesgo de sacrificio soberano y conflicto.

El gran problema con la forma en que Chile vive su diplomacia es que frente al populismo extranjero no es muy eficiente y pone la soberanía del país en riesgo y a la merced de terceros, los cuales al ser humanos, por más estudios y recomendaciones que tengan, siguen siendo seres sujetos a corrupción e imparcialidad.

Estados Unidos por ejemplo, suscribe a la teoría constructivista neorrealista, que a diferencia de Chile, ha firmado muy pocos tratados internacionales y se suscribe a organizaciones limitadas. La idea es que la asimetría de poder se note, que el peso del país y su desarrollo sean suficiente disuasivo para vivir en paz.

Estados Unidos es consciente de su poderío que pese a tener competencia en lo comercial, no tiene par en lo militar y en estos momentos es increíblemente improbable que alguna vez sea ocupado por otras naciones o atacado sin represalias claras y contundentes. Quien ataca a Estados Unidos arriesga sencillamente demasiado y eso lo confirman los hechos.

Hace poco Corea del Norte estaba a un paso de declarar la guerra nuclear a Estados Unidos, a su vecino del sur y a la cultura occidental, pero una oportuna maniobra en la cual Estados Unidos Movió porta aviones y se vio dispuesto a contra atacar rápidamente, sirvió para disuadir las intenciones bélicas del país asiático. Nos guste o no, se escuche bien o no, la maniobra sirvió y hoy vemos a las dos Coreas conversando cada día más fluidamente y cooperando cada vez más. Como estos hay cientos de ejemplos históricos.

Chile parece vivir en un mundo idealista de la diplomacia dónde cree que está protegido por las mágicas fuerzas del amiguismo internacional. Se olvidan los líderes del estado que dichas asociaciones son bastante desechables a la hora decisiva y que los demás países siempre velarán primero por su propio bienestar porque es lo correcto y lógico.

Hoy por hoy, esperamos el fallo de la Haya respecto de la demanda marítima que ha hecho Bolivia en contra de Chile. Otra vez sometiendo al país al juicio de terceros que sin importar los muy buenos argumentos que tenga la defensa chilena, siempre existe la posibilidad de perder.

El populista Evo Morales, necesita mantener el fuego de la demanda marítima encendido para mantenerse en el poder. Es un caudillo moderno y esto Chile lo sabe y sabe que el populismo en América Latina es un viejo conocido que se niega a retirarse, por lo tanto poner la soberanía a merced de terceros es sencillamente irresponsable y muy poco patriótico. Por otro lado, toda esta concesión y la pertenencia a pactos como el de Bogotá que someten la soberanía territorial a juicio de otros, tratando de darle una cara amigable al país, solo hacen que los nacionales cada día se pregunten de forma legítima, para qué necesitamos costear un ejército.

La historia le ha mostrado a Chile que tener un ejército listo, bien equipado y preparado, es el mejor disuasivo y que cada vez que el conflicto se ha acercado ha sido frente a la carencia del mismo y no frente a la disposición discursiva de la diplomacia.

Ya es hora de considerar la soberanía en serio y verla también como un favor y ejemplo moral dentro de un subcontinente lleno de populistas que necesitan ser disuadidos y expuestos por lo que son y que frente a la firme postura de países que sí se respetan y le dan sentido a sus instituciones, estos gobiernos caudillistas y demagogos no tengan ya la osadía de inventar conflictos externos para manipular a su gente.
Andrea Kohen @AndreaKohen

Brotes:
Presidente Piñera critica falta de libertades en Venezuela, Cuba y Nicaragua ante la ONU"29.09.18.-

Quiero traer a esta Asamblea General de Naciones Unidas la voz del pueblo venezolano que el régimen del Presidente Maduro ha enmudecido", dijo el jefe de Estado.

Un embotellamiento en las calles de Manhattan -producto de los cortes viales que significó el dispositivo de seguridad del mandatario estadounidense Donald Trump- atrasó ayer la exposición que el Presidente Sebastián Piñera realizó ante la 73a Asamblea General de la ONU.

Según lo previsto, debía exponer en cuarto lugar, pero producto del percance, debió ser el octavo jefe de Estado en hablar.

Su discurso se extendió por 38 minutos y partió aludiendo a las problemáticas de las naciones respecto de la seguridad y la migración masiva.

"Queremos recibir y acoger a todos aquellos que vienen a Chile a iniciar una nueva etapa y mejor vida, que lo hacen respetando nuestras leyes y que se comprometen con el desarrollo de nuestro país", explicó, junto con detallar la necesidad de detener la inmigración irregular.

Lo que hasta ese momento parecía una alusión indirecta a la crisis que vive Venezuela, se convirtió después en uno de los mensajes más enfáticos que se dieron ayer en la asamblea en torno a la situación de ese país.

"Quiero traer a esta Asamblea General de Naciones Unidas la voz del pueblo venezolano que el régimen del Presidente Maduro ha enmudecido", señaló el Mandatario.

"Desgraciadamente -continuó-, hoy Venezuela está gobernada por un régimen que no respeta ninguno de esos principios, ni la libertad ni la democracia ni los derechos humanos y es una sociedad asolada por una crisis moral, política, económica, social y humanitaria".

El Presidente también mencionó los casos de otros países de la región que han sido cuestionados. "Venezuela no es el único, también en países como Nicaragua, donde ya han muerto más de 400 personas por la violencia generada por el Estado y por el gobierno del Presidente Ortega (...) También algo similar ocurre en Cuba, que lleva más de 60 años sin libertades, sin democracia y sin respeto básico a los derechos humanos", agregó.

Junto con eso, Piñera dijo que Chile buscará ayudar a que Venezuela recupere "su libertad, su democracia y el respeto a los derechos humanos", y llamó al sustento multilateral, especialmente de la ONU.

En esa línea, el Presidente cerró su intervención aludiendo a la necesidad de modernización de la ONU para actuar de forma más rápida y eficiente frente a los desafíos de los tiempos modernos.

"Hemos perdido la habilidad de prevenir crisis y fortalecer instituciones de los Estados miembros, con el objetivo de generar una verdadera cultura de resiliencia democrática, capaz de sobrevivir a quiebres como el que viven algunos países de nuestra región", puntualizó.

El mandatario también recordó que la próxima semana Chile conmemorará 30 años del plebiscito de 1988 y habló de una "transición que nos permitió recuperar las libertades y la democracia, la hicimos con inteligencia y en forma ejemplar, porque normalmente estas transiciones son en medio de crisis políticas, caos económico y violencia social; nada de eso ocurrió en nuestro país", detalló.

Medio ambiente y libre comercio

El Presidente abordó además las amenazas que existen al libre comercio, en medio de la guerra comercial que protagonizan China y Estados Unidos. "Necesitamos promover y fortalecer más que nunca un sistema internacional que promueva el libre comercio basado en reglas claras y acordadas, que sean previsibles y que permitan la solución pacífica de controversias, y no a través de conflictos, enfrentamientos o guerras tarifarias", sostuvo.

Luego, tras detallar las características de Chile, los avances en materia ambiental y el desafío de abordar el cambio climático, abordó el caso de Puchuncaví y Quintero, donde reafirmó su compromiso de descontaminar la zona.

Avanzar en un "plan completo de descontaminación, que nos va a permitir terminar con estas situaciones y lograr una solución definitiva que termine con lo que en nuestro país se ha denominado 'zonas de sacrificio'", detalló

Bachelet dice que se revisará DD.HH. en Venezuela "sin sesgo"
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió ayer al gobierno de Venezuela que deje entrar al país a los observadores del organismo para que den cuenta de la situación que se vive en el país. Esto, luego de que se conociera la resolución del consejo de DD.HH. de la ONU que solicita a Venezuela aceptar ayuda humanitaria, al mismo tiempo que encargó a la entidad que dirige la expresidenta preparar un "informe exhaustivo" sobre ese país.

"La oficina tiene como mandato hacer el monitoreo y el reporte, antes incluso, con o sin resolución. Si no podemos entrar, lo hacemos desde un país de afuera. Si hay acceso, está la posibilidad de también recibir la versión oficial sobre las situaciones que se analizan", explicó la exmandataria en un video difundido por la ONU.

Bachelet agregó que el reporte "lo haremos como lo esperan de nosotros: de manera imparcial, sin sesgo, lo más neutral posible. Pero para eso, la mejor forma de que un informe salga así es que tengamos acceso a todos los actores".

Anoche el presidente Nicolás Maduro dijo que Bachelet podía ir a Venezuela "cuando quiera" y que "siempre es bienvenida".
Javiera Martínez

Brotes:
Fuga de salmones
4.09.18.-

Una enorme fuga de salmones alarma a los ambientalistas en Chile.

 El escape de 690.000 peces de las jaulas de una empresa noruega al sur de Puerto Montt, en Chile, hace varias semanas, ha profundizado la preocupación entre las organizaciones ambientales y los científicos sobre el impacto de la acuicultura industrial —y de esta especie exótica— en los ecosistemas marinos chilenos.

El caso, una de las mayores fugas de los últimos años pero no la primera, evidencia los peligros que implica esta industria, responsable de la segunda fuente de exportación chilena después del cobre, así como los problemas que ha causado para los pescadores locales.

Brotes:
Chile, Bolivia y la salida al mar: volver a empezar4.09.18.-

 Con un fallo contundente, la Corte Internacional de Justicia le cerró la puerta este lunes a la aspiración de Bolivia de obligar a Chile a negociar un acceso soberano al mar, tal como ha reclamado desde que perdió su litoral en la guerra del Pacífico hace más de un siglo.

En una decisión que tomó por sorpresa a ambos países —con una votación de doce contra tres—, el tribunal desechó en su totalidad los argumentos jurídicos de la demanda boliviana presentada en 2013 y liberó a Chile de cualquier obligación de negociar su soberanía territorial en el norte del país para darle una salida al mar a Bolivia. El fallo es obligatorio e inapelable.

Además de celebrar la decisión, el gobierno chileno expresó su disposición a retomar el diálogo con Bolivia, país con el cual no tiene relaciones diplomáticas desde 1978. Sin embargo, el presidente Sebastián Piñera fustigó duramente a su par boliviano, Evo Morales, a quien acusó de crear “falsas expectativas a su propio pueblo” y de haber hecho que Chile perdiera “cinco valiosos años en las sanas y necesarias relaciones que debe tener con todos los países vecinos”.

La confianza de las autoridades bolivianas en el triunfo en La Haya durante las últimas semanas dio paso ayer a un palpable desconcierto. Ni los chilenos más optimistas vaticinaban una decisión tan categórica. En Bolivia, el ambiente era de “pesadumbre y tristeza”, dijo Luis Inarra, vicepresidente del Instituto de Estudios Internacionales de Bolivia en Cochabamba.

“Históricamente los bolivianos han sido educados en la idea de que se le ha hecho una injusticia al país en el pasado que ha derivado en un encierro geográfico. Está muy asentada en la lógica de los bolivianos que el desarrollo pasa por la conexión de Bolivia con el mundo a través de una costa y un puerto que le permitan vincularse sin necesidad de pedir permiso a otro país”, afirmó Inarra.

Bolivia nació como país independiente en 1825 con costa en el Pacífico. En el proceso de demarcación de fronteras, o a través de acuerdos diplomáticos o tras sucesivas guerras, Bolivia fue perdiendo pedazos de su territorio ante Perú, Brasil, Argentina y Paraguay, pero ninguna de esas amputaciones geográficas dejó una sensación de pérdida tan duradera como la ocupación chilena de su zona costera luego de la guerra entre Perú, Chile y Bolivia, conocida como la guerra del Pacífico, de 1879 a 1883.

De acuerdo con el tratado de paz de 1904, que reconoció el dominio absoluto y perpetuo de los territorios ocupados por Chile y fijó las fronteras de posguerra, Bolivia tiene acceso al mar a través de franquicias y beneficios portuarios.

El gobierno chileno señala que Bolivia tiene actualmente, entre otros beneficios, potestad aduanera, menores costos de almacenaje y el derecho de designar a sus propios agentes aduaneros en los puertos de Arica y Antofagasta, en el norte de Chile. Según el tratado, Chile reconoció a Bolivia el derecho al libre tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico y se comprometió a financiar la construcción de un ferrocarril entre Arica y La Paz. Sigue...

Brotes:
Para Bolivia, sin embargo, la recuperación de un acceso soberano al océano Pacífico es una demanda histórica que se ha expresado en múltiples acuerdos, diálogos bilaterales, intentos de negociación y fórmulas y propuestas preliminares (enclaves, corredor, canje territorial, entre otros) con Chile, todas las cuales han fracasado.

Durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), ambos países acordaron discutir una agenda de trece puntos sobre temas de interés común, incluyendo el marítimo. Pero ese diálogo se suspendió en 2011 por diferencias entre las partes antes de abordar el punto sobre el mar. Dos años después, Bolivia acudió a la Corte para tratar de obligar a Chile a negociar una salida con soberanía. Su argumento era que los acuerdos, propuestas, notas diplomáticas, declaraciones y actos unilaterales entre los dos países durante casi un siglo demostraban la persistente voluntad de Chile de negociar, lo cual obligaría jurídicamente al país a hacerlo, al crear legítimas expectativas a Bolivia.

Pero cada uno de esos actos y documentos fueron descartados por la Corte, que no vio en ninguno de ellos un compromiso explícito de que Chile estuviera dispuesto a negociar una salida con soberanía. Bolivia apostaba a que la Corte los considerara en su conjunto y reflejara una costumbre que implicaría obligaciones para Chile.

“El fallo establece una clara diferencia entre la conducta política y la diplomacia de los Estados y el ámbito jurídico. La corte dejó en claro que una cosa es lo que el Estado puede hacer con otro en su intercambio y acciones bilaterales, y otra distinta es que a partir de ello un Estado asume una obligación jurídica de negociar su soberanía”, afirma Andrés Jana, asesor del equipo chileno ante la Corte.

El presidente Morales, quien viajó a La Haya para la lectura del fallo, declaró que Bolivia “nunca va a renunciar” a su aspiración marítima. “Si bien no hay una obligación, sí hay una necesidad de resolver un tema pendiente”, afirmó. (Desde 2009, la salida soberana al mar es un derecho “permanente e irrenunciable del Estado”, consagrado en la Constitución boliviana).

Para Chile, sin embargo, no hay nada pendiente, ya que considera que las fronteras y obligaciones fueron zanjadas a través del Tratado de 1904. Bolivia dice que firmó ese tratado en condiciones de desventaja y sometimiento tras la derrota sufrida en la guerra.

Ahora la controversia ha vuelto prácticamente a fojas cero: los países deberán reconstruir confianzas y volver a sentarse a la mesa a discutir no solo la demanda marítima, sino sobre los múltiples problemas que afectan a los dos países al compartir una frontera.

“Bolivia es un vecino y estará al lado nuestro hasta que se acabe el planeta, por lo que es necesario tener una relación pacífica y civilizada. Pero si tenemos un tratado que fija fronteras que no vamos a ceder, y si Bolivia no lo va a conquistar con silogismos jurídicos, lo más sensato es ponerse de acuerdo en los temas de la coexistencia vecinal”, dijo José Rodríguez Elizondo, especialista en derecho internacional y autor de varios libros sobre las relaciones vecinales de Chile con Perú y Bolivia.

“¿Es posible una integración sin ceder soberanía? ¿Es posible tener una zona de desarrollo en la triple frontera con Perú? Son miles las posibilidades de desarrollo pacífico positivo, en vez de estar distrayendo millones de dólares en abogados, viajes, armamento”, sostuvo Rodríguez Elizondo.

La Corte señaló que su decisión no impedía a las partes continuar dialogando “en un espíritu de buena vecindad para atender las cuestiones relacionadas con la falta de salida al mar de Bolivia, cuya solución ambas partes han reconocido constituir una cuestión de interés mutuo”.

Sin embargo, dialogar no es lo mismo que negociar.

“Chile ha dicho que está dispuesto al diálogo, pero lo que Bolivia quiere es una negociación para acceder de manera soberana al océano Pacífico. Son intereses irreconciliables, lo cual estaría impidiendo que haya un avance sobre ese tema. Se estaría manteniendo un statu quo que para Bolivia es completamente incómodo y que Chile, hasta el momento, ha sabido capitalizar”, dice Inarra.
PASCALE BONNEFOY

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