Hay Blanquita, jamía, yo soy de los de 2 tazas, jamás vaso, por la mañana, bueno que más que taza es casi del tamaño de las escupideras que coleccionaba Camilo José Cela, más medio litro. Joé que taza tan grande !!!!, dicen cuando tenemos invitados, pero yo tranqui, para los invitados mi santa, que digo santa, "santisima", las tiene muy chic, pero hacen mú poco.
El café alemán es de primerísima calidad, aunque más flojo que la paja de avena, y cafetera típica alemana, Rowenta o Braun. Ya me he acostumbrado y cuando voy a España y veo la tinta que se toma en nuestro país, el aroma es fantástico, es cierto, pero una taza pone nervioso a una caravana de camellos.
Sobre la una voy a una cafetería a leer un poco y tomar un capuchino, bueno eso era antes, ahora con el Whatsapp
hay días que no abro el libro, ya me están empezando a durar más que los trajes de pana . . . .
Después de comer el café es imprescindible, una taza de las "fisnas", lo mismo que el de la tarde a eso de las 6. La escupidera que me regaló la empresa Yello, es solo para la mañana.
Ahora que el café, es igual a la hora que lo tome, sin el correspondiente cigarrillo, es un martirio. Si no hubiese cigarrillo, no habría café, de eso estoy seguro.
Bueno ya no cuento más que después sabéis demasiado y tampoco es eso.
El chocolate me gusta tanto como odio los michelines que acarrea. Pero Dª Therese tiene bombones por todas partes de la casa, alguno que otro cae . . . que le vamos a hacer.
BlancaBianca por cierto y antes que lo olvide, si alguna vez nos das la alegría de visitarnos, no tienes que traerte la cafetera, tenemos dos cafeteras italianas que lo hacen de rechupete y en las tiendas italianas, hay muchas, se encuentra toda clase de café italiano naturalmente. El lugar que te ocupa en la maleta la cafetera puedes traer un escudo
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Y para terminar, gracias encanto, ha sido una gozada leerte una semana más, mientras tomaba la taza de café con su correspondiente cigarrillo. . . . .