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PORTUGAL, TAN CERCA Y TAN LEJOS

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Brotesverdes:
Los portugueses votan con cabeza.

10-10-15.-

Políticos y analistas portugueses se enfrascaron, en un debate del análisis postelectoral basado en la visión de la botella medio llena o medio vacía. Discrepan sobre si los conservadores del primer ministro Passos Coelho han ganado las legislativas del domingo o si en realidad las han perdido los socialistas. Lo cierto es que las urnas dejaron la paradoja de dar la victoria a la coalición gobernante -PSD y CDS-PP-, con el 39% de los sufragios, pese a haber perdido uno de cada cinco votos respecto a 2011, y con un claro avance de todos los partidos de izquierda del arco parlamentario.

 Pero la división irreconciliable de éstos y, sobre todo, el mal resultado de los socialistas de Antonio Costa -que hasta hace pocos meses se imponían en todas las encuestas-, vuelven a dar la llave del Gobierno a Passos Coelho, tras los durísimos recortes que se ha visto obligado a imponer en el país a lo largo de la legislatura. Y ello es lo que hace especialmente meritorio el resultado de los conservadores, que han convencido a un sector muy importante de la población de que los recortes y la austeridad aplicadas en los últimos años -impuestos por la Troika- han servido para devolver a Portugal a la senda del saneamiento económico y la recuperación. Atrás quedan ya los fantasmas de quiebra. Y Passos Coelho puede presumir de que el sacrificio ha sido mejor comprendido de lo que se vaticinaba.De los cinco países de la UE que tuvieron que ser rescatados tras el estallido de la crisis, de forma completa o para salvar al sector financiero -Irlanda, Grecia, Portugal, Chipre y España-, el vecino luso se convierte en el primero donde su mandatario supera el examen electoral.

A pesar de que, tras Grecia -con una situación tan catastrófica que la hacen única-, Portugal se ha visto obligado a acometer el mayor y más duro programa de ajustes, como contrapartida por la bombona de oxígeno de 78.000 millones de euros que le concedieron Bruselas y el FMI en 2011. Las consecuencias sociales hoy son visibles. Los portugueses han sufrido un retroceso de más de una década en sus estándares de vida; más de 500.000 ciudadanos han emigrado en estos cuatro años; más de un millón vive con el sueldo mínimo de 505 euros; y la tasa de pobreza ronda el 25%. Ahora bien, Passos Coelho cogió el timón de un país en bancarrota técnica. Y la estricta aplicación del memorándum ha devuelto el saneamiento a la economía del país, que ya crece a un ritmo del 2%, a la vez que el paro se ha reducido al 12% y las exportaciones crecen de forma muy alentadora.

Por todo ello, aunque los desafíos de Portugal siguen siendo enormemente difíciles, muchos de sus ciudadanos empiezan a confiar en la salida de la crisis, lo que ha impulsado en el tramo final de legislatura las expectativas de la coalición gobernante de centroderecha. En paralelo, los socialistas se han quedado muy lejos de su propósito de imponerse en las urnas, obteniendo el domingo el 32% de los votos. El estigma de la corrupción ha hecho un daño irreversible al partido. Yes que la sombra del ex primer ministro Jose Sócrates es demasiado alargada.
 Acusado de graves delitos de fraude fiscal, desde su salida de prisión hace un mes permanece en arresto domiciliario, a la espera del juicio. Pero los socialistas lusos también han sufrido la irrupción en el espectro de la izquierda de nuevas formaciones, mucho más radicales, que se han hecho un importante hueco.
 Destaca sobre todo el Bloco de Esquerda -muy vinculado al español Podemos o al griego Syriza-, que ha logrado 19 diputados, superando por primera vez al emblemático Partido Comunista.En todo caso, el escenario político luso no es sencillo. Los conservadores habrán de gobernar sin mayoría absoluta y necesitarán continuos apoyos para garantizar la estabilidad que hoy sólo podrían ofrecer los socialistas. Sobre ellos pesa una gran responsabilidad, ya que, aunque critican la dureza de los recortes, comparten con el Gobierno el diagnóstico sobre la necesidad de salir de la crisis sin apartarse del redil comunitario. Lo que sí se antoja imposible es una gran alianza alternativa de partidos de izquierda, ya que los socialistas rechazan las recetas de los comunistas o el Bloco, que defienden incluso la salida del euro.

Brotesverdes:
El Juez deja en libertad al ex-presidente socialista Sócrates

17-10-15.-

El ex primer ministro socialista portugués, José Sócrates, ha quedado en libertad, junto con su amigo, el empresario Carlos Santos Silva. Ambos estaban en prisión domiciliaria desde el mes de septiembre.
 Ahora, aguardarán la acusación en libertad, pero no podrán abandonar el país "sin autorización expresa", ni podrán "hablar entre ellos o con los otros sospechosos de la Operación Marqués", como informó este viernes la Fiscalía a través de un comunicado.
A pesar de la decisión del juez, el Ministerio Público todavía no ha concluido la investigación sobre la vida lujosa que José Sócrates llevaba en París después de abandonar el ejecutivo luso, en junio de 2011, cuando perdió las elecciones. El juez encargado del caso tiene de plazo hasta el próximo día 21 de noviembre para presentar una acusación, precisamente cuando se cumple un año de la detención de José Sócrates.
 Entonces, el magistrado decidió colocarlo en prisión provisional, al considerar al político sospechoso de los delitos de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales. Casi un año después, el juez entiende ahora que ya no se cumplen los principios que justificaban la cárcel: el peligro de huida y de perturbación de la investigación judicial, como confirmó el comunicado de la Fiscalía.

 Además, ahora, la defensa de José Sócrates podrá acceder a todas las pruebas que forman parte del proceso, como ha anunciado el Ministerio Público, ya que la investigación ya no se encuentra bajo secreto de sumario. A lo largo de estos nueve meses, los abogados del ex primer ministro socialista se han quejado de no poder acceder a las pruebas que llevaron a considerar a Sócrates como sospechoso de los delitos de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales.
 Pero a pesar del secreto de sumario, la prensa lusa ha divulgado datos de la investigación, según los cuales, el socialista Sócrates podría haber acumulado una fortuna de 20 millones de euros, muy superior a su sueldo como primer ministro. En la presunta trama, su amigo de infancia, el empresario Carlos Santos Silva, aparecía como el alegado testaferro del político. "No es ningún delito que un amigo preste dinero a otro", llegó a defenderse Sócrates en una entrevista concedida desde la cárcel de Évora, en la que ha pasado nueve meses.
 En la Operación Marqués, también fue detenido el chófer de Sócrates, que según la prensa, era el presunto encargado de llevar el dinero en efectivo a la lujosa vivienda en la que habitaba el ex dirigente socialista en París.

Brotesverdes:
Cavaco decide si da el Gobierno a la derecha en minoría o al bloque formado en torno a los socialista
22-10-15.-

Los 230 diputados toman posesión de sus escaños este viernes.
Passo Coelho, que pretende presentar a los miembros de su Ejecutivo este fin de semana, se arriesga a una moción de censura inmediata.
Según los resultados de las elecciones generales del pasado 4 de octubre, el próximo primer ministro de Portugal será el líder socialdemócrata Pedro Passos Coelho, que venció en las urnas con el 38% de los votos.
 Dos días después de la realización de los comicios, el presidente conservador Aníbal Cavaco Silva lo llamó a su despacho y le encargó la tarea de formar gobierno. Sin embargo, más de dos semanas después, Portugal sigue sin ejecutivo formal.
 Los 230 diputados que forman el Parlamento luso tomarán posesión de sus cargos este viernes, pero aún no se sabe si será con Gobierno conservador minoritario o una mayoría de izquierda liderada por el secretario general socialista, Antonio Costa. "Nombrar primer ministro a Pedro Passos Coelho será una pérdida de tiempo", afirmó ayer el secretario general comunista, Jerónimo de Sousa, tras su encuentro con el presidente Cavaco Silva, que esta semana se ha reunido con todos los líderes parlamentarios para escuchar su opinión antes de emitir un veredicto final sobre el futuro Gobierno portugués. Jerónimo de Sousa fue muy claro en el mensaje: "Si Cavaco Silva nombra primer ministro a Passos Coelho, el Partido Comunista presentará una moción de censura al nuevo Gobierno de coalición conservadora".
 Según el secretario comunista, "una mayoría de diputados en el Parlamento es una condición suficiente para formar un Gobierno liderado por el Partido Socialista". Pero los socialistas perdieron las elecciones del pasado 4 de octubre, por lo que Aníbal Cavaco Silva podría mantenerse fiel a este argumento para continuar dando su apoyo al ejecutivo que ya prepara Passos Coelho.
De hecho, el líder socialdemócrata tiene en mente presentar el equipo del próximo ejecutivo este fin de semana. Desde su partido, no esconden su "perplejidad" ante la posición que durante las dos últimas semanas ha adoptado el secretario general socialista.
 En la noche electoral, Antonio Costa asumió los resultados y dio la enhorabuena a los vencedores. Sin embargo, después de que los partidos de izquierda (Comunistas y Bloco de Esquerda) mostraran su disponibilidad para apoyar una alternativa de gobierno, Antonio Costa empezó a jugar sus cartas, reuniéndose a los dos lados del espectro político. Por un lado, se sentó a la mesa con Passos Coelho y Paulo Portas para saber qué es lo que los conservadores le ofrecían (y llegaron a ofrecer un Gobierno a tres partes, con Antonio Costa como 'número dos').
 Pero el socialista también quiso saber hasta dónde llegaba el apoyo de los partidos de la izquierda, más radicales en su posición en relación a la Zona Euro, al programa de rescate y al pago de la deuda. Tras dos semanas de incógnita y negociaciones, Antonio Costa se ha decantado por un Gobierno que aglutine a la izquierda, algo que sería inédito en Portugal.
 Para ello, antes tendrá que contar con el visto bueno del presidente Cavaco Silva, que termina su segundo mandato el próximo enero. Precisamente porque hay elecciones presidenciales en breve, Cavaco Silva no puede volver a convocar elecciones anticipadas, como tampoco podrá hacerlo su sucesor antes del próximo mes de marzo.
 Así que, sin posibilidad de acudir nuevamente a las urnas, la decisión final la tendrá que tomar Cavaco Silva. Y tiene dos opciones: una a la derecha (él pertenece al mismo partido que Passos Coelho) y una a la izquierda. Por un lado, la coalición conservadora Portugal a Frente es la vencedora de las elecciones; pero como Passos Coelho no cuenta con mayoría absoluta, corre el peligro de caer en la primera moción de censura que se presente en el Parlamento por los partidos de la izquierda.
 Es decir, en la práctica sería una especie de Gobierno de gestión que no conseguiría aprobar nada (ni siquiera los Presupuestos Generales) hasta los próximos comicios de marzo. Por otro lado, está la opción presentada por Antonio Costa (con el apoyo de Comunistas y Bloco de Esquerda). El socialista no venció pero, tras las negociaciones, ha conseguido hacerse con el apoyo de la mayoría del Parlamento. Los partidos de la izquierda lo han bautizado como una "alternativa de Gobierno anti-austeridad", después de cuatro años de un Ejecutivo marcado precisamente por la contención y los recortes.
Si al final, Cavaco Silva decide avanzar con el Ejecutivo de Passos Coelho, los socialista aún tendrán una segunda oportunidad en la presentación de la moción de censura, pues de ellos dependerá la supervivencia del Ejecutivo conservador. Antonio Costa parece tener esta batalla ganada. A no ser que el ala más conservador de los socialistas boicotee esta aspiración de un Gobierno de izquierda desde dentro del propio partido.

Brotesverdes:
La difícil coalición de Costa
23-10-15.-

El líder socialista portugués barajó aliarse con el Bloco de Esquerda y la CDU comunista sólo cuando aceptaron no reclamar la salida del euro.

El acercamiento entre el Partido Socialista portugués y las dos coaliciones que ocupan su flanco más izquierdista se ha fraguado en las últimas semanas con una premisa fundamental: António Costa sólo se sentaba a la mesa con Catarina Martins (Bloco de Esquerda) y con Jerónimo de Sousa (CDU) si ambas formaciones olvidaban por completo la petición de que Portugal salga del euro.

Cierto que la cuestión ha quedado aparcada en las negociaciones, pero los términos de su convergencia en absoluto garantizan al líder del PS un cheque en blanco.

Los cuatro años de austeridad vividos en Portugal, bajo el mandato de Passos Coelho y su alianza de centroderecha con Paulo Portas, han llevado a estos dos partidos a distanciarse de semejantes planteamientos de forma radical. Y Costa parecía dispuesto a echarse en sus brazos con tal de llegar al poder, en vista de que sus 86 diputados necesitaban de los 19 y 17 del BE y la CDU, respectivamente, con el fin de superar los 116 escaños necesarios en el Parlamento luso para gobernar sin necesidad de buscar pactos puntuales.

Catarina Martins ha hecho de la reestructuración de la deuda pública uno de sus caballos de batalla, además de no querer oír ni hablar de recortes. Otra cosa es de dónde saldría la financiación de las subvenciones que reclama.

Tampoco puede desdeñarse que su relación con la CDU, liderada por los comunistas, está en punto muerto. Tanto es así que el acuerdo tripartito del que se ha venido hablando no es tal en realidad: el Bloco negoció con los socialistas y la CDU también, pero cada uno por separado.

Por tanto, se acumulan los indicios que determinnan la fragilidad de un gobierno a tres de giro izquierdista en un país donde nunca antes imperó la lista que no hubiera sido la más votada.

Para colmo, el Partido Comunista Portugués se ha plantado ante sus «familiares» europeos para que se atrevan a romper la férrea disciplina del euro. Unas conversaciones al margen de su hilo con António Costa.

Brotesverdes:
Análisis de la situación23-10-15.-

Aníbal Cavaco Silva desoyó el inédito pacto de izquierdas y designó a Pedro Passos Coelho como primer ministro de Portugal. El líder de la coalición conservadora tiene el encargo de formar un nuevo ejecutivo y presentar su programa de gobierno en diez días. El presidente de la República ha escogido a su correligionario a pesar de que no cuenta con mayoría absoluta, por lo que podría ser rechazado en el Parlamento. A juicio del Jefe de Estado, el acuerdo de izquierdas, que nunca se dio antes en los 40 años de democracia, no presentaba "garantías de una solución alternativa, estable, duradera y creíble".
A diferencia de España, en la Asamblea de la República no se vota la investidura tras la presentación del programa del nuevo gobierno. No obstante, la oposición puede registrar ese mismo día una moción de rechazo; algo que la izquierda marxista y comunista ya han anunciado que harán.

La coalición conservadora formada por el Partido Social Demócrata y el Centro Democrático Social-Partido Popular cuenta con 107 escaños de los 230 que forman la cámara (obtuvo un 39% de los votos). El Partido Socialista tiene 86 diputados (32%); el Bloque de Izquierda, 19 (10%); y el Partido Comunista, 17 (8%). Entre los tres suman 122 escaños, seis más de los 116 que marcan la mayoría absoluta.
Socialistas, marxistas y comunistas acordaron formar un gobierno alternativo para acabar con la austeridad. Pese a tener grandes diferencias ideológicas sobre la pertenencia a la OTAN, al euro y los compromisos adquiridos con Bruselas, se han propuesto formar un ejecutivo que se centre en temas domésticos como la precariedad laboral, el desempleo, salarios y pensiones.

El Partido Socialista es claramente europeísta y se ha comprometido a cumplir con los objetivos de déficit marcados por la Unión Europea. Comunistas y marxistas, por su parte, garantizaron la estabilidad de un hipotético gobierno liderado por los socialistas y afirmaron que dejarían de lado sus reivindicaciones, como auditar la deuda soberana o dejar el euro, en pos de acabar con la austeridad en Portugal. Ese pacto no se ha formalizado y todavía esta semana seguían negociando aspectos técnicos.
Miembros de los tres partidos de izquierda han asegurado tras el anuncio de Cavaco Silva que Passos Coelho caerá en el Parlamento y han tachado al presidente de la República de irresponsable al nombrarle sin contar con una mayoría a su favor.
Si la moción de rechazo sale adelante, el proceso volvería a empezar y el Jefe de Estado tendría la potestad de designar a los socialistas para que formen ejecutivo; o bien dejar a Passos Coelho como primer ministro en funciones y que se convoquen nuevos comicios legislativos. Hasta junio no tendrían lugar, ya que los plazos legales lo impiden al haber elecciones presidenciales el próximo mes de enero. Entre tanto, el presidente de la República podría procurar, como ya lo hizo, un acercamiento entre socialistas y conservadores.
Otra opción que se contempla es que haya diputados socialistas que no voten en contra de Passos Coelho en la moción de rechazo. En el seno del Partido Socialista hay voces discrepantes contra la alianza de izquierdas por las diferencias ideológicas. En el pasado comunistas y marxistas fueron criticados duramente por los socialistas y viceversa. El eurodiputado Francisco Assis es la cabeza visible de la oposición a António Costa dentro de su propio partido. Ha sido señalado como un candidato a luchar con él por la secretaría general de la formación tras la derrota de los socialistas en las elecciones del 4 de octubre; en unos comicios que se mostraban confiados de ganar.
El presidente hizo alusión a la responsabilidad de los diputados en el Parlamento, en referencia a la moción de rechazo que se presentará contra Passos Coelho. Catarina Martins, lider del Bloque, acusó a Cavaco Silva de utilizar su papel institucional para "crear inestabilidad" y "condicionar las decisiones de los diputados". Es un intento de "chantaje", sentenció.
António Costa, ha afirmado este viernes que "hay una nueva" mayoría en Portugal, en alusión al pacto de izquierdas que está forjando. "Hay una nueva mayoría, que es una mayoría de cambio en Portugal y que debe de se respetada", ha apuntado.
Los resultados de estos comicios han dejado patente el (quizá) excesivo poder que atribuye la Constitución al presidente de la República.
El Parlamento portugués, entre tanto, eligió este viernes como presidente de la Asamblea al veterano socialista Eduardo Ferro Rodrigues, con los votos a favor de la izquierda moderada y de la marxista y comunista. Ferro Rodrigues, de 65 años, obtuvo 120 votos frente a los 108 logrados por el candidato propuesto por el centroderecha, Fernando Negrao.
La elección de un socialista para este cargo, que vela por el correcto funcionamiento del Parlamento y es la principal figura del Estado en ausencia del presidente, es el primer pulso que la izquierda en bloque gana a los conservadores esta legislatura.

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