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CHILE EN LA ENCRUCIJADA

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Brotes:
Kast y la escandalosa hipocresía de la prensa24.11.2021.-

La victoria parcial de Kast, ha sido recibida por la habitual lluvia de epítetos con que los grandes medios a los que no aceptan los dogmas de la izquierda.

El candidato de la derecha, José Antonio Kast, se impuso este domingo con un 27,91% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales chilenas. Kast se jugará la presidencia el 19 de diciembre en la segunda vuelta ante el aspirante de la ultraizquierda chavista, Gabriel Boric, que fue el segundo más votado con un 25,82%.

La victoria parcial de Kast ha sido recibida con la habitual lluvia de epítetos con que los grandes medios internacionales desacreditan a todos los políticos que no aceptan los dogmas de izquierda. "De extrema derecha", "ultraconservador", "nostálgico de Pinochet" y "discípulo de Trump y Bolsonaro" son algunas de las expresiones con las que, en piezas supuestamente informativas, en las que no deberían caber los juicios de valor, se han referido al candidato Kast.

El tratamiento negativo que se ha dado a Kast contrasta, en primer lugar, con la cobertura mucho más amable que ha recibido su rival. Gabriel Boric es candidato de un Frente Amplio que incluye al Partido Comunista y reivindica todos los ismos que le han servido a la izquierda para forzar, a base de violencia en las calles y según el modelo que propugna el filochavismo en toda Hispanoamérica, una Asamblea Constituyente con la que desmantelar la democracia liberal que tanto éxito ha tenido en Chile. Pese a ello, es casi imposible encontrar un gran medio que hable de Boric en términos comparables a los que se aplican a Kast.

Pero vayamos más allá del agravio comparativo. ¿Es de verdad Kast el extremista peligroso que presenta la prensa? El manifiesto programático de su Partido Republicano gravita en torno a principios de la tradición liberal-conservadora como la propiedad, la libertad económica, los impuestos reducidos y el ahorro, el reforzamiento de las instituciones, la seguridad en las calles y el control de las fronteras. El documento incluye asimismo temas propios de la situación política contemporánea, como el compromiso de combatir la intervención del Estado en la educación ideológica, sentimental y afectiva de los niños y una reivindicación de la identidad nacional chilena que abraza el legado de los "conquistadores" españoles y "asume la herencia del mundo cristiano occidental mestizo".

Ninguna de estas ideas condena a Kast a la etiqueta de ultra, ni justifica asociarle con la dictadura de Pinochet. El uso de los términos abusivos y rimbombantes que, una vez más, se aplican a un candidato democrático de derecha no hace más que desvirtuar el debate y erosionar el crédito ya menguante de los medios y de los periodistas que trabajan en ellos.

Que las presidenciales chilenas hayan coincidido en el tiempo con la farsa de las elecciones locales y regionales en Venezuela ofrece otra perspectiva comparativa de la que la prensa sale aún peor parada que de la explorada más arriba entre cómo se informa sobre Kast y sobre Boric. Mientras que el demócrata Kast merece el epíteto descalificador de "extremista de derecha", a Maduro se le llama "presidente" sin la menor mención a la naturaleza totalitaria del régimen que ha impuesto sobre los venezolanos mediante detenciones arbitrarias, tortura, asesinatos políticos y otras formas de terrorismo de Estado.

Quienes tachan de "ultranacionalista" a Viktor Orbán, llaman a Vox "partido de extrema derecha" y califican a Kast de "ultra", al tiempo que sí respetan su juramento hipocrático de neutralidad al escribir "presidente" y "Gobierno" para referirse a sátrapas y regímenes criminales como los de Venezuela, Cuba o Irán, no merecen ningún respeto intelectual y están contribuyendo a la degradación de la profesión periodística.
Marcel Gascón Barberá @MarcelGascon

Brotes:
Dr. Jekyll y Mr. Boric26.12.2021.-

Hay dos Gabriel Boric, el primero y real: violentista, resentido y con un profundo odio hacia la clase media y empresaria del país; por el otro, el personaje el que habla de paz y conciliación, de respeto a la propiedad privada y al libre empresariado

La reciente victoria de Gabriel Boric —quien asumirá la presidencia de Chile el próximo 11 de marzo— representa la plena ruptura del sistema político chileno actual, y da un portazo a la era democrática iniciada en 1990. Los partidos políticos tradicionales quedaron relegados al segundo plano y nuevas fuerzas quedaron configuradas en un Chile fracturado en dos mitades.

Evaluar el por qué de la victoria de Boric, sería de interés de este opúsculo, sino fuere por las reiteradas capitulaciones de la derecha política tradicional y su abierto viraje a la izquierda, todo en nombre del equilibrio y de mantener el centro, lo que sin duda era mera retórica oportunista.

Sin embargo, quien llegará al Palacio de La Moneda en menos de tres meses, resulta de preocupante interés, pues cual perfecto montaje de teatro, el presidente electo es un personaje creado por el marketing político de izquierda chilena y latinoamericana.

A la inversa de lo que relató Robert Louis Stevenson en su célebre obra, acá no existe una pócima que transforme a un pacífico doctor en un verdadero rufián. Sino hay toda una maquinaria política que modeló y vendió a la opinión pública un verdadero monstruo, como un simple joven que solo quiere cambiar y mejorar su país.

Pues cuando hablamos de Gabriel Boric, es posible hablar de dos personas distintas, que reflejan incluso formas contrarias de expresión oral y corporal. Hablamos de un Gabriel Boric —el verdadero—- que acompañó y participó activamente en el brote violento octubre de 2019, llegando incluso a insultar y agredir a miembros del cuerpo de Carabineros de Chile y las Fuerzas Armadas; pero también tenemos su contracara, que llegó al Palacio de Gobierno —invitado como presidente electo— saludando con un fuerte apretón de manos a los miembros de la guardia presidencial.

No es menos llamativo la dualidad del verdadero Boric y del personaje, cuando hace apenas dos meses pedía el enjuiciamiento de Sebastián Piñera, por las presuntas violaciones a los DDHH que se habrían cometido en el marco del mal llamado «estallido social», o incluso cuando votó a favor de su destitución hace menos de un mes, pero que un día después de su victoria, llegare a La Moneda estrechando con ambas manos a Piñera e incluso pidiéndole consejos de cómo enfrentar su gobierno.

Son completamente distintos el Boric que viajó a Palestina a reunirse con Hezbollah y Hamas, que se reunió con el terrorista prófugo —y hoy protegido por Francia— Ricardo Palma Salamanca, que se exhibiere  con una polera —franela o remera— con la cara del senador Jaime Guzmán, vilmente asesinado por Palma Salamanca en 1992 y que justificare como legítima la violencia en la Araucanía, al Boric que habla hoy en día, y promete una condena transversal al terrorismo y al narcotráfico que asolan varias regiones del país.

También es ampliamente dicotómico el Gabriel Boric que habla de paz, de acercamiento y del cese de la violencia política  —latente desde octubre de 2019— cuando en plena celebración de su victoria se causaban destrozos y se saqueaban comercios en el centro de Santiago, versus el verdadero Gabriel Boric, resentido, anarquista y sobre todo peligroso.

No es por ello incierto que hay dos Gabriel Boric, el primero y real: violentista, resentido y con un profundo odio hacia la clase media y empresaria del país; por el otro, el personaje el que habla de paz y conciliación, de respeto a la propiedad privada y al libre empresariado.  Ello es causal de profunda preocupación, pues la pregunta de rigor es, quién asumirá la presidencia de Chile, el verdadero Gabriel o su personaje. ¿Dr. Jekyll o Mr. Boric?
Juan García Vera

Brotes:
Los actos vandálicos durante el Día de los Trabajadores en Chile sacuden al Gobierno de Boric.03.05.2022.-

Los disturbios del 1 de mayo se saldaron con tres personas heridas de bala; una periodista, que se encuentra en estado crítico, entre ellas.
La inseguridad en las calles provoca una fuerte caída del presidente en los sondeos 50 días después de asumir el poder.

Tres heridos de bala, uno de ellos una periodista, en estado grave, fue el saldo de las protestas que se realizaron en el centro de la capital de Chile, Santiago, con motivo de una nueva conmemoración del Día del Trabajador. Si bien en el pasado los manifestantes siempre se enfrentaban con las fuerzas policiales tras el acto convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, nunca había pasado que los incidentes con disparos involucraran a comerciantes formales que se defienden de los ilegales, principalmente, inmigrantes.

Los hechos, aún confusos, están siendo investigados por la Justicia y hay dos detenidos.

La inseguridad se ha tomado la agenda del nuevo Gobierno, especialmente en las zonas norte y sur del país, lo que derivó en protestas de camioneros que cortaron el tránsito en la principal autopista que cruza Chile ya en dos ocasiones.

El presidente Gabriel Boric y su gabinete han puesto en marcha diversas medidas, siendo la principal la redistribución de los agentes policiales hacia las comunas más vulnerables, pero ello no ha bajado la tasa de delitos y la inseguridad.

Así, a 50 días de instalado en La Moneda, Boric y su Gobierno han caído fuertemente en las encuestas y varias de ellas como Cadem y Pulso Ciudadano registran un rechazo a su gestión cercano al 58%. Boric reconoció hace algunos días que la instalación del Gobierno ha experimentado «turbulencias», pero varias de ellas se explican en los errores que ha cometido la jefa de gabinete, la ministra de Interior, Izkia Siches.

A este escenario se suma una creciente disconformidad con la labor de la Convención Constitucional que está redactando la nueva carta magna. Líderes de todos los sectores, incluidos los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei han advertido que de mantenerse el texto como hasta ahora, votarán en contra en el plebiscito de salida el 4 de septiembre.
María José Errázuriz.

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